Se trata de un disco que está hecho con las manos y se canta con la vena marcada en el cuello.
Cuando algo se siente tan fuerte, se cuida hasta el mínimo detalle. Y eso es exactamente lo que ha hecho Vuelo Fidji al recorrer la profundidad de ‘Safari Selva’.
En las células de este disquete de 3,5 pulgadas se cuece un clima eléctrico. Bajos con carisma conectados a baterías de gran calado, donde el pulso no da tregua. Guitarras que sostienen una voz atrevida, honesta y sin miedo. Un estado de pura auto terapia, cantado con la vena marcada en el cuello.
CADA CANCIÓN ES UNA CONFESIÓN CARGADA DE FE A PESAR DEL VÉRTIGO
Cada canción es una confesión cargada de fe a pesar del vértigo; un camino de cicatrices con flores hechas canción que todos llevamos dentro.
Por primera vez, hemos coproducido un álbum junto a José Caballero (Neo Music Box, Aranda de Duero) y Gregorio Ruescas (Estudio McIntyre, Villarrobledo), acompañado de arreglos orquestales reales y una rica variedad sonora. “Lo presentamos como nuestra forma más real y sincera de entender la música”, explica Toño Cabañero.
UN DISEÑO FÍSICO “MADE IN FIDJI” CON UN DISQUETE DE 3,5 PULGADAS
Parte de ese carácter superlativo de la banda se aprecia también en su versión física. Un diseño “Made in Fidji”, ideado desde la autogestión más pura: incluye fotos Polaroid personalizadas, una granada pulida en acero, un pase a Fidji Social Club, un mensaje en una botella… y lo más importante: un disquete de 3,5 pulgadas donde va encriptado el álbum completo, con un bonus track exclusivo solo disponible en esta edición.
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